Érase un hombre que el amor ansiaba, con sudor su campo comenzó a trabajar. Rezó al Cielo para que lloviera, y así los frutos él pudo cosechar. Todo esto buscó a Dios ofrecerlo, y así ser digno de amar. Pues todo hombre tiene corazón, y todo corazón se tiene que llenar, de sangre y nutrientes, más sobretodo de Verdad y caridad. Es por esto buen hombre, no te dejes por los vicios arrastrar, aférrate a la roca, busca la virtud, y ahí gran amor hallarás.
Mi pasión por las palabras es bien conocida por las personas, si es que todavía sobrevive alguna, que deciden invertir su tiempo en leer las entradas de este blog. Me gusta leerlas, saborearlas, atesorar en mi mente el olor que desprenden cuando las escribo. Por tal motivo el Diccionario se ha convertido en ese gran […]