Octubre es herrero de rojo y marrón, olor de aulas, barro y anochecer, verano de amor y otoño sin corazón, triste gris que empieza a florecer. Tormentas de la tierra y el alma, que la puerta invernal augura; pronta y blanca nieve en calma, que a las cimas dará sepultura. Verde que antes rugía y ahora cruje, quietas plazas vestidas de postigo; Hogar que a los amantes arrebuje, de fríos e historias será fiel testigo. Pero sé a la oscuridad pasajera, a sus hijos soñadores, a su abrazo espera, y a su indiferencia mensajera, de los más brillantes albores.
Imagen: Claire Berry
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