Birras y Divagaciones

Cerrar

REFLEXIONES

IGNOTAS

No hace tanto tiempo atrás vivíamos con la mirada puesta en el futuro. Sólo hace falta recordar el estallido de literatura, cine y juegos (principales exponentes de nuestra cultura) de ciencia ficción a finales de los setenta y principios de los ochenta. La Guerra de las Galaxias, Dune, Gattaca, El juego de Ender… El futuro estaba allí.

Proliferaron las naves espaciales, los viajes a la velocidad de la luz, versiones evolucionadas de las sociedades (algunas basadas de forma remota en el feudalismo) que ya conocíamos. Había injusticia, regímenes autoritarios, violencia. Pero también esperanza. En ocasiones como parte de la propia trama, donde un elegido derrocaba al tirano de turno. Otras, incluso en las ambientaciones más pesimistas como Blade Runner, el optimismo se reflejaba en los pequeños detalles. Quizá el futuro fuese una mierda, pero había coches voladores, androides tan sofisticados que pasaban por humanos, chips neuronales, hologramas. Incluso en la más absoluta oscuridad quedaba el resquicio de la fe en un futuro donde la tecnología sería espectacular.

En resumen: cuando la gente miraba al futuro lo hacía con esperanza. Esperaban, incluso en el peor de los casos, un futuro mejor. Aunque fuese en los avances de la ciencia. Confiábamos en la ciencia como llave hacia un futuro brillante.

Ya no se hacen películas, series o videojuegos así. Nadie escribe sobre un futuro mejor. Cuando se hace es, de forma curiosa, para revisar clásicos. Rememorar. Buscar en el pasado. Traer al futuro una obra. Por lo general, para explotarla. Sacarle rédito, ganar dinero. Jamás buscando una lección, aprender, comprender. Se echa la mirada al pasado para llenar la cartera, no el alma.

Nací en 1990. Aún recuerdo el optimismo por el futuro. No sólo en el cine, donde los científicos iban a ser capaces de traer de vuelta a los dinosaurios mediante la clonación, sino en la propia sociedad. Se abrían negocios, Internet iba a cambiarlo todo para mejor, los robots estaban al caer. Pero no sólo eso. En el propio día a día. Los padres confiaban en el futuro de sus hijos. Una carrera universitaria les haría un hueco en grandes empleos, un taller mecánico daría mucho dinero, montarse un bar lo «iba a petar». Todos los proyectos tenían cabida, las cosas saldrían bien. La economía iba como un tiro, el futuro era brillante.

Cuando pienso en el futuro de mis hijas sólo veo oscuridad. Más de veinte años median desde el optimismo de los noventa. Pero el giro ha sido radical. Emprender es un suicidio. La mejor alternativa laboral es el funcionariado, convertirse a efectos prácticos en un siervo del Estado con la única diferencia del derecho de pernada. Todo se andará. Estudiar una carrera es más una obligación social que una verdadera puerta al futuro. Pensar en una hipoteca es una temeridad, pero vivir de alquiler es la muerte a pellizcos. No existen los planes a futuro. Ya nadie escribe sobre las maravillas que traerá el mañana.

La esperanza no ha muerto. Nos la han robado.

Una sociedad no es tan distinta de los individuos componiéndola. Tiene un ciclo vital. Envejecer es el sino de la vida. Los jóvenes miran al futuro con esperanza. Se van a comer el mundo. Son los años, las derrotas, los fracasos, los sinsabores, lo que nos hace volver la mirada al pasado. A un pasado mejor porque aún había esperanza. O quizá no, pero podemos imaginarla. Introducirla allí, donde ya nadie podrá maltratarla de nuevo.

¿Cuántas de las políticas recientes tienen la mirada en el futuro? Y las pocas que lo hacen, ¿cómo lo contemplan?

El cambio climático, el fin de los tiempos moderno, ha sido la principal apuesta por el futuro de nuestra sociedad. Y lo ha sido desde el más absoluto de los pesimismos. «Ecosistemas completos están muriendo», decía la profeta del cambio. Esa ha sido la única mirada al futuro de la última década.

El resto… Memoria democrática, Memoria histórica, Franco, víctimas de la Guerra Civil. No sólo eso. La revisión de la historia, por un lado, destruyendo los mitos fundacionales de cada nación, mientras otros sectores exacerban las bondades pretéritas. La romantización de la Edad Media. El súbito interés de algunos por el Imperio Español y los Austrias.

Así, las sociedades empiezan a fagocitarse. Sin la mirada puesta en el futuro, se detienen. Se atascan. Como un río, al dejar de correr se estanca. Sus aguas de pudren. Por último, un lodazal infecto donde sólo habitan parásitos consumiendo los restos.

El futuro no ha muerto. Nos lo han robado.

.

.

.

.

No sigas al autor en Twitter, le han suspendido la cuenta indefinidamente

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Comparte este artículo:

Otras Lecturas

Ignotas

Soberanía

Mi pasión por las palabras es bien conocida por las personas, si es que todavía sobrevive alguna, que deciden invertir su tiempo en leer las entradas de este blog. Me gusta leerlas, saborearlas, atesorar en mi mente el olor que desprenden cuando las escribo. Por tal motivo el Diccionario se ha convertido en ese gran […]

Apenas entraba en mi sistema respiratorio un hilo de oxígeno que me aferraba a la vida. ELA pagón había hecho saltar los plomos de toda la Patria, y de la vecina, y el respirador que me hacía colgar del hilo de la vida no funcionaba en modo eléctrico. Gracias al Señor, quien inventó este sistema pensó en las posibles desgracias que podrían […]

Cuando el hidalgo don Alonso Quijano, una vez convertido en Don Quijote de la Mancha, partió de su casa a vivir aventuras, salvar princesas y desfacer tuertos, tenía un rocín flaco, una adarga antigua y una lanza en astillero. Pero lo importante no era lo que el curioso personaje tenía, sino lo que poseía. Y lo […]

El lenguaje es un ser vivo. Un ser que se mueve con la agilidad y la destreza de una culebra  capaz de acomodar su cuerpo a las dificultades que el terreno presenta. El cuerpo del reptil se amolda de la misma manera que el lenguaje se adapta a la última ola del segundero que marca […]

No sé si habéis tenido alguna vez la experiencia de estar disfrutando tranquilamente de una puesta de sol o de una tarde de playa tomando algo con una persona querida. Calma, belleza por todos lados, silencio. Pura contemplación de la belleza. Y en medio de dicho locus amoenus aparecen infaliblemente las alimañas: gaviotas, cuervos, perrillos […]

Cuando el otro día me paré a escuchar una conversación entre los muchachos de clase de mi hija, la mayor, encajé la última pieza de un rompecabezas que llevaba una buena temporada estancado en un rincón de mi mente. Me di cuenta de repente: Le hemos jodido la vida a los críos. Les hemos jodido […]

Soy un hombre (no sé si todavía se puede decir eso) aquejado de un  mal extraño, tal vez una de esas enfermedades raras que carecen de presupuesto gubernativo para ser investigada o, por el contrario, de una insólita virtud con exceso, esta sí, de presupuesto gubernativo para lograr su extinción.  Mi médico de cabecera de […]

21 años del 11-M

Descarga este documento en pdf. Han pasado 21 años desde el 11-M, y ya casi nadie habla de lo que fue su discutida investigación policial y judicial, de su sentencia. Pero, aunque nadie quiera hablar de ello, aunque oficialmente se diga que todo lo ocurrido quedó perfectamente aclarado con la sentencia y con los autores […]

Años después de la muerte del Amigo de los Animales, la televisión dejó de ser aquel maravilloso medio de dos canales para convertirse en un maremágnum de empresas dispuestas a captar, como fuere, la atención de un telespectador cada vez más y más predispuesto a caer preso en el penal de los rayos catódicos,

Los muchachos leíamos los comics, veíamos las películas y las series setenteras y bajábamos a la calle con la pretensión de volar sin avión, escalar paredes de edificios sin pies de gato ni cuerda que nos asegurase o pilotar el batmóvil de nuestro monopatín de tabla estrecha.

La deuda te está cogiendo del cuello y, cuanto más tiempo pasa, aprieta un poco más y con más ganas. Tú solito, sin necesidad alguna, salvo la que te creó la serie de marras, te estás apretando el gollete de ese garrote vil tan cotidiano, tan de andar por casa.

        De manera sutil se dibujan arquetipos fuertes, sonrientes, joviales frente a otros malhumorados, de gestos angulosos y malencarados y feos, muy feos, siendo cada uno de ellos el modelo de uno u otro bando, de una u otra forma de ser o de estar.

Las Montañas

Hace poco subí al monte, y buscando unos mapas encontré estas líneas en un borrador de mis tiempos universitarios.

Alguien, con la prisa y el sentido de la productividad moderna adherido a la suela de sus zapatos, te dirá con cierto tono de sorna o burla que amanecer amanece todos los santos días, y, aunque no le falta razón, discrepo.

¡Feliz Navidad!

Como digo, celebramos, comemos (¡esa gran celebración!), bebemos y todo ello con el fin de pasarlo bien, de hacer aún más grato el bello arte de vivir.

Llega un día en que el ruido se desvanece y se ilumina una ligera intuición sobre la verdadera dimensión de la Navidad.

En mi mesilla de noche velan mi sueño libros de Filosofía, compendios de artículos como los de Esperanza Ruiz y los de Carlos Marín-Blázquez, entre otros, y el Dardo en la Palabra de Lázaro Carreter.

Con una frase en apariencia intranscendente, mi abuelo había apoyado en mí todo el peso de la Tradición perenne e inmanente a la comunidad de la que formamos parte.

PALABRA

Un apretón de manos contenía en su interior un contrato, dos firmas en el margen izquierdo y la presencia de un notario. Un apretón de manos sólo estaba un peldaño por debajo de  la palabra divina.

Arganda

Una ignotera con cruz (algunos con el cerebro de un cactus dirán que gamada) colgando del cuello, sudadera con el logo de Terra Ignota y cigarrillo entre los dedos índice y corazón de su mano derecha.

Buenas noches: Intentaré no robaros mucho tiempo. Bueno, los que nos conocen ya sabéis que en Terra Ignota siempre somos de intervenciones breves y pocas palabras. En primer lugar, obviamente, expresar nuestro agradecimiento a Hazte Oír. No por este premio, que sería motivo suficiente, sino por toda la labor que estáis desarrollando en todos los […]

Palabras

Es bien sabido por ti, querido y único lector, y permíteme que utilice el vulgar tuteo, que quien estas cuartillas digitales emborrona cada dos semanas es un fanático de las palabras, de sus significados, de su etimología. Tal es la pasión que por ellas tengo que, de muchos años atrás a esta parte, vengo confeccionando […]

¿Alguna vez se ha parado a pensar, estimado lector, en todas aquellas cosas que son ampliamente aceptadas en la sociedad actual pero que serían consideradas ideas completamente inmorales ―o incluso macabras― hace quince, veinte o treinta anos? Este fenómeno tan usual en nuestros días se explica con la teoría de la «Ventana de Overton». Joseph […]

En los últimos días, he estado animando a varias personas a que escriban a Su Santidad el Papa Francisco para pedirle que defienda la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos y a la comunidad benedictina que allí reside. Creo que es importante alzar la voz de manera respetuosa y sincera, siempre […]

Tarde de martes cultural; dos presentaciones de sendos libros casi simultáneas En honor a la verdad, con una sola hora de diferencia. Terminada la primera de las presentaciones rápido hacia la segunda, distante un kilómetro y medio. Consigo llegar, qué digo llegar, asistir a ambas.             En la primera, tras el libro que desde Sevilla […]

Desconozco si le ocurre a todo el mundo o sólo a este humilde servidor que les escribe, pero cuando me encuentro conversando con alguien, suele ocurrir que nos asalta una tercera o terceras personas que, a saco, entran entre ambos e interrumpen la conversación. Me he dado cuenta de que en estos últimos tiempos me […]

Decía el jesuita don Fernando García de Cortázar que una de las cosas que más le gustaba era ver el atardecer desde el castillo califal de Gormaz, en la castellana provincia de Soria. Y no es de extrañar la admiración que profesaba por estas piedras leyendo lo que sobre ella escribía cada vez que se […]

Soy un hombre simple. Y cuando un hombre simple razona conceptos complejos, debe llevarlos a su terreno. Al de los sentidos, la intuición, las sensaciones. Explicar abstracciones es más fácil cuando las acercas a lo concreto. A la realidad. A la cárcel de subjetividad impuesta a los hombres incapaces de alejarse de lo terrenal. No […]

No nos gustan las galletas... pero nos obligan a usarlas

En TerraIgnota.es no usamos cookies propias pero si algunas de terceros. Puedes aceptar su uso o simplemente rechazarlo, es tu libre elección.

No nos gustan las galletas... pero nos obligan a usarlas

En Terra Ignota no usamos cookies propias pero si algunas de terceros. Puedes aceptar su uso o simplemente rechazarlo, es tu libre elección.