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Año nuevo, vida vieja

Comienza un nuevo año y estamos donde estábamos. El PSOE, con todos los enemigos de España. El PP, con el PSOE. Vox, perdido. El Rey, aferrado a la Constitución que amenaza la integridad de España porque le importa más su Corona y teme por ella fuera de la calamidad setentayochista. Y al final estamos usted y yo, indefensos ante un Estado que nos ha declarado la guerra política, que nos ataca en todos los frentes y con todos sus recursos.

Empieza enero con fuegos de artificio y mucho humo. El PSOE le ha dado a ETA la Alcaldía de Pamplona. La reacción del PP es coger de la mano al PSOE para, juntos, marchar francamente por la senda constitucional. Como enamorados reencontrados en sus amores de consenso, se abrazan en la discapacitante reforma que en la pasada legislatura caducó por disolución de las Cortes: dos años con cerca de un centenar de ampliaciones de plazo y ni una sola mención en 13 sesiones de la Comisión Constitucional. 

¡Qué teatro! La Constitución se reforma para discapacitar a los disminuidos mientras los asesinos ascienden en el escalafón del Régimen. Lo hacen sobre una montaña de cadáveres. Un sistema que premia el crimen es una organización criminal. Es una lección peligrosa que el asesinato reciba cargos, honores y salarios. Y no lo es menos que haya redes clientelares beneficiarias a título lucrativo de esos crímenes. Este es el maravilloso 78 que nos hemos dado.

El Régimen está en proceso de descomposición. Lo que viene a ahora ya lo vimos hace una década a nivel regional. La Generalidad catalana contrajo préstamos inasumibles. Repartió los dineros entre sus caciques y sus redes clientelares. Incapaz de hacer frente a los pagos, culpó de sus robos al resto de los españoles. Así empezó el golpe a la Nación de 2017. La Generalidad trató de romper España para protegerse a sí misma. Del mismo modo, el Estado del 78 ataca a su Nación para salvaguardarse de su propia desmembración.

El nuevo año trae la misma disyuntiva que arrastramos desde hace décadas: España o el 78. La hora ya está cerca. La Constitución destruye la Nación desde hace 45 años. La embestida final ya ha arrancado. Va a haber amnistía porque hubo un golpe a la Nación. Hubo derogación del delito de sedición porque hubo una sedición. Hubo indultos a sediciosos convictos porque hubo condenas del Tribunal Supremo. Hubo golpe a la Nación porque nadie lo impidió. 

La ingenuidad es un lujo que no se pueden permitir los adultos. Los hombres y mujeres libres enfrentan los hechos. La realidad les dice que sólo hay dos alternativas: echarse a morir o sobrevivir. Esta es la disyuntiva entre el 78 y España. Para echarse a morir sólo hace falta elegir el 78 y no hacer nada. Basta con dejar hacer al tirano de la Moncloa y a los caciques de todos los partidos.

Para sobrevivir hay que actuar y hacerlo hasta las últimas consecuencias. Elegir España es empeñarse en sobrevivir a toda costa y a cualquier precio. Hay que acabar con el 78 porque la alternativa de no hacerlo es que el 78 acabe con España. Hoy, 2 de enero, día de la Toma de Granada, comienza –de nuevo– la Reconquista. España o el 78.

Pirata

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