Días, lugares, personas; Al fin, la vida que arrancada, entre tablas suaves y coronas, se da a la marcha inesperada. Vida que ayer era y fue mañana; Ternura que a sus vástagos ungía; Vida, que de entrega derramada, en un suspiro ayer partía. Este fuego que hoy se apaga, como bello templo del dolor, en sus cenizas aviva llamas, y de estas, vivo amor. Maderos de tumba y paz; Piedra de lápida y presente; Y ya solo el llanto del que queda, Y ya solo, duro adiós, mas no para siempre: Hoy pienso en verte algún día, y en tu abrazo fundirme inocente. Y pasados el duelo y la agonía, recordar y amar, eternamente. No es la muerte fácil sendero, pero por ser de la Gloria puerta, en la misma hallo consuelo: Mía, feliz te digo, que nos veremos en el Cielo. Y te veré, y me verás, y seremos de nuevo.
Imagen: Floral Death, Natalia Drepina
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