
Siembra del Espíritu
Érase un hombre que el amor ansiaba, con sudor su campo comenzó a trabajar. Rezó al Cielo para que lloviera, y así los frutos él pudo cosechar. Todo esto buscó a Dios ofrecerlo, y así ser digno de amar. Pues
Érase un hombre que el amor ansiaba, con sudor su campo comenzó a trabajar. Rezó al Cielo para que lloviera, y así los frutos él pudo cosechar. Todo esto buscó a Dios ofrecerlo, y así ser digno de amar. Pues
En TerraIgnota.es no usamos cookies propias pero si algunas de terceros. Puedes aceptar su uso o simplemente rechazarlo, es tu libre elección.
En Terra Ignota no usamos cookies propias pero si algunas de terceros. Puedes aceptar su uso o simplemente rechazarlo, es tu libre elección.