Birras y Divagaciones

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Mes: mayo 2024

Confrontación

Estamos ante el fin del mundo que hemos conocido. No hay vuelta atrás. Los perros de la guerra andan sueltos. Gruñen en Europa, en Oriente y también en Asia –en África, golpes de Estado–. La jauría quiere una conflagración para mantener su posición y la provocará antes de que Donald Trump pueda llegar a evitarla. Mister Trump es la última esperanza para la paz en el mundo. Será un milagro que llegue vivo a noviembre para arrasar –por tercera vez– en las elecciones presidenciales o a enero para volver a la Casa Blanca.

Tras fomentar en Kiev –Obama mediante– un golpe de Estado en 2014 que provocó una guerra civil en la que acabó por intervenir Rusia en 2022, el imperio useño ha enviado a Ucrania más de 100.000 millones de dólares. Con ellos ha debilitado las capacidades militares rusas durante dos años. En este tiempo –bajo la presidencia nominal de Joe Biden–, los americanos han destruido casi todas las relaciones comerciales y de amistad de Rusia con el resto de Europa. Han volado tres de los cuatro tubos Nord-Stream para el envío de gas ruso a Alemania. Han dinamitado el acuerdo de paz alcanzado hace dos años, para lo que enviaron a un recadero británico. Oponerse a los designios de los intereses que hay detrás de todos estos actos puede dañar la salud.

El primer ministro de Eslovaquia fue tiroteado hace unos días por tener un discurso opuesto al de esos intereses. Otro jefe de Gobierno, el de la caucásica Georgia –ex república soviética donde hay otro golpe de Estado en marcha similar al que hubo en Kiev–, ha denunciado amenazas de muerte procedentes de un comisario de la UE si el parlamento nacional llega a aprobar una ley de prevención de injerencias extranjeras similar a la que tienen los EEUU. No le vendría nada mal una de ésas a España para protegerse de las injerencias de los que dicen que es Rusia la que injiere en España.

Mister Biden ha mandado a la UE robar los dineros rusos depositados en bancos europeos. La respuesta de ser Putin ha sido aprobar un decreto que le permitiría hacer lo mismo con los activos useños que pueda haber en entidades rusas. «Si tú me robas, yo te robo», dice a gritos la disposición. La inestabilidad ya es crítica. Ante la insinuada posibilidad de que Ucrania utilice armamento inglés para atacar territorio ruso, ser Putin ha declarado su disposición a responder con ataques a objetivos británicos. Hemos vuelto a las semanas previas al estallido de la Primera Guerra Mundial. Peor. China se ve forzada a advertir a los EEUU de que habrá consecuencias si los useños realizan nuevos actos de apoyo a Taiwán; el presidente de Irán ha muerto en un accidente de helicóptero aún por esclarecer; y arrecia la cólera de Israel contra Gaza.

En éstas, el fámulo Pedro Sánchez anuncia –telegrama de Ems del conde don Julián– que reconocerá a Palestina como Estado, posición española desde 1991. ¿Por qué lo hace en el momento de mayor inestabilidad global desde el fin de la II Guerra Mundial? Mister Sánchez obedece para desencadenar otros acontecimientos por venir. ¿Cuáles? Acaso el descuartizamiento de España al tiempo que Marruecos se anexiona Ceuta, Melilla y las Islas Canarias con el apoyo de Israel y la inhibición de los EEUU.

Plomo

La reacción sincronizada de la prensa occidental ante el intento de asesinato del recién elegido primer ministro de Eslovaquia ha sido señalar que llevaba la falda muy corta. Que si pensaba esto, que si decía aquello y hasta que si hacía lo otro. Al pistolero, en cambio, lo han descrito como un infatigable luchador por la libertad, un poeta amante de la Humanidad y, seguramente, de los gatitos: un progresista. Un señor de los que ayudan a cruzar la calle a las abuelitas. Todos los medios generalistas europeos y useños se han transformado en el Egin de ETA: el asesino es un héroe; el tiroteado se lo tenía merecido, algo había hecho para recibir cinco tiros.

Esto nos lleva a conclusiones. Ninguna bonita. Quien se salga del consenso occidental que alguien impone podría ser asesinado. No es una especulación. Es un hecho. Ha sucedido. Lo hemos visto. Dos vías para ello. La más evidente es que alguien lo ordene y otro alguien ejecute esa orden. La segunda es el resultado de una prensa desquiciada. Si todos los grandes medios lanzan a diario a sus audicencias el mensaje de que el sentido común –la defensa de la vida, de la propiedad privada y de la comunidad nacional propia y de sus intereses frente a terceras potencias– es de ultraderecha, acabará por aparecer un loco mesiánico dispuesto a dispararle al sentido común para salvar al mundo.

Los actos tienen responsables y consecuencias. Conocemos las segundas en el caso del primer ministro eslovaco. Falta desvelar a los primeros. ¿Quiénes son los autores intelectuales de este intento de asesinato que podría no ser el último que tenga lugar en el mundo libre contra quien ejerza la libertad?

Sería bueno saberlo porque esto cada día se parece más a la acumulación de actos y efectos que hoy identificamos como los prolegómenos de la Primera Guerra Mundial. Probablemente no haya una única respuesta diáfana. Hay órdenes en la sombra; hay prensa que no necesita recibir instrucciones; y hay argumentarios contenidos en los subsidios que recibe esa prensa para salvar sus cuentas de resultados. Así vamos de farsa en farsa mientras la UE censura medios y opiniones en todo su ámbito geográfico y el presidente del Gobierno español amenaza abiertamente a las empresas editoras que tengan el atrevimiento de denunciar la corrupción de su mujer, que es la suya, dado que su ella no estaría en posición de cometer tales agios si su marido no fuera el jefe del Ejecutivo. Y aún así, qué despreciable resulta el robo a los contribuyentes cuando se mide con la degradación moral de un Consejo de Ministros que vende a su patria a los intereses de terceras potencias a cambio de dineros viles y de cargos bellacos.

Cualquier Gobierno o Legislativo que trabaje contra los españoles y sus intereses son poderes en guerra contra sus gobernados y legislados. Si no efluye sangre es porque su arma es el BOE, cargado de legislación contra el Derecho, contra la costumbre y contra la Ley de la Libertad: vida, propiedad y trascendencia. Hasta que alguien se plante y, sin órdenes en la sombra ni titulares subsidiados, haga valer su derecho de resistencia a la opresión.

Servidumbre

Josep Borrell (PSC) es el ministro de Exteriores de un país que no existe. Habla con mucho desahogo de lo que harán o dejarán de hacer países que sí existen.

No necesitas a nadie

No necesitas a nadie, sola te bastas. Olvídate del hombre. El hombre te mata y te falta. La promiscuidad te hará libre.

Reinvestidura

El impostor Pedro Sánchez tiene en su entorno más cercano y en los finísimos analistas del monolitismo editorial a los pardillos con mayor disposición a tragarse todas sus maniobras y bulos. «Pues ahora a lo mejor me voy», les dice en una carta por una red social. Y los cándidos del 78 se pasan una semana de ridículo en ridículo. Ésta y no otra es la razón por la que, de repente, alguna voz adicta y orgánica ha desafinado en los últimos días. El señor Sánchez ha aprovechado para hacer listas, de las tablas a los medios. La guadaña está presta y la cesta de las cabezas es inmensa. Tras el golpe, la purga.

Porque golpe ha sido. En el sentido clásico con el que Naudé acuñó el sintagma «golpe de Estado»: una acción por sorpresa del Poder para fortalecerse ante una amenaza. Ningún golpe –sea clásico o moderno– lo da quien se encuentra en una posición de fuerza, sino quien está ayuno de ella. La debilidad del señor Sánchez es extrema. No puede dar un paso sin la aprobación de golpistas, terroristas y los amigos de ambos. El salado Alfonso Guerra le ha dicho al Times que los enjuagues de Moncloa son «incompatibles con la democracia».

Yoko Ono

Pero no es eso, no. Son incompatibles con España. Pero lo que le importa al tahúr del Guadalquivir no es España, sino el tute del 78, que es la francachela del Estado a costa de la Nación. ¿Qué hace el señor Sánchez sino seguir la inercia que le marca el 78, al que el señor Guerra llama «la democracia»? Siempre el guindo de los transicionómanos. Están tan aferrados a su rama y tan pendientes de trepar de nuevo cada vez que se caen, que no se quieren enterar –yé-yé– de que la culpa de todo no es de Yoko Ono, sino de ellos: fue el 78 el que mató a los Beatles.

El señor Sánchez simplemente aprovecha todos y cada uno de los resortes que tiene a su disposición. El gachó se las trae. Pero si tras el esperpento de golpe que monta valiéndose del género epistolar, llama a Zarzuela y el Rey le recibe, ¿la responsabilidad es de quien pide o de quien da? No existía ninguna justificación constitucional para tal audiencia. El presidente utilizó al Rey en su beneficio o el Rey se dejó utilizar para beneficio del presidente. No hay más.

De vuelta en Moncloa y con una mirada previa de odio a todo y a todos, recitó un soliloquio que –tras su audiencia con Felipe– era la escenificación de una reinvestidura informal. El presidente del Gobierno se reinvestía presidente a sí mismo, sin pasar por las urnas y con un nuevo programa: la tiranía por aclamación de sus eunucos y por ausencia de oposición política.

Al cabo de seis horas, el presidente por suplencia del poder Judicial animaba al juez que investiga a la señora del señor Sánchez a archivar la causa. Y eso que los jueces y fiscales de España no necesitan instrucciones, saben bien lo que tienen que hacer para prosperar en sus carreras. Esa máquina del fango que denuncia Moncloa es –en realidad– su muladar, la ciénaga del 78. El Gobierno despótico ha sido instituido y su fundamento es el miedo.

Llorica

Con los votos de todos los enemigos de España y de los españoles –golpistas, terroristas y los amigos de ambos–, así llegó Pedro Sánchez al poder tras una muy conveniente sucesión de acontecimientos para pretextar una legalísima moción de censura. Tomó posesión como presidente del Gobierno en 2018 tras haberse puesto a sí mismo en una posición irreconciliable con la integridad de la Nación española. Sólo la misma ingenuidad política que aún cree en el 78 podía creer en ese momento que esa situación en la que el señor Sánchez y el PSOE se habían puesto a sí mismos era reversible o mejorable con el paso del tiempo.

«Begoña, compañera, estamos todas contigo», dijo María Jesús Montero en el Comité Federal del PSOE al que Pedro Sánchez rehusó asistir. Y entonces ocurrió. Un centenar de clientes militantes del señor Sánchez se pusieron en pie y aplaudieron «sin fisuras» las palabras de apoyo de la vicepresidenta a la señora del presidente. La escena fue idéntica a la de la toma en consideración en el Congreso de los Diputados –noviembre de 2022– de la Ley de Sometimiento al Poder Judicial, que derogó el delito de sedición y redujo las penas por malversación del dinero de los españoles. Hemos visto a todos los socialistas aplaudir en pie y sin fisuras «los negocios» de la señora de su amo.

El señor Sánchez es el hombre providencial que ya ha destruido al PSOE y que destruirá al 78. «Tenemos que pasar por esto», ha dicho acertadamente Iván Ábalos en Debates Abiertos TV. Y cosas aún peores que están por venir y de las que venimos advirtiendo desde hace tantos años. El culto a la personalidad del dueño y señor del PSOE ha puesto en marcha la única máquina del fango que existe en España, la que opera al dictado del llorica Sánchez.

El grado de adulación y servilismo de sus eunucos sólo es explicable mediante el pánico a que la ausencia del amo ante el que se postran afecte a las nóminas de sus aduladores. Ninguna de estas partes tiene ya contacto con la realidad. Esta exhibición pública de sumisión no se veía en Occidente desde Benito Mussolini, Adolfo Hitler o Francisco Franco. La adulación a la que asistimos atónitos es de carácter marcadamente oriental. Sólo existe en las monarquías musulmanas y en Corea del Norte. Especialmente inquietante ha sido el manifiesto de la prensa adicta. Miles de periodistas han suscrito su adhesión inquebrantable al Poder. A las firmas de la prensa orgánica les pasa como a los jueces y a los fiscales. No necesitan instrucciones, saben lo que tienen que hacer para prosperar en sus carreras. Presumid hoy de lo que mañana os avergonzará.

¿Por qué todo esto? Porque un juzgado investiga «los negocios» de la señora del taimado Sánchez, el llorica que gimotea tras haber vendido España para comprar el Gobierno. ¿De verdad hay alguien que necesita que le expliquen la inmoralidad de que la esposa del jefe del Ejecutivo haga negocios desde la Moncloa? ¿Qué ha hecho el señor Sánchez en estos días? Confío en su continuidad. La deseo para que acabe de matar al 78 y que España pueda vivir.

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