Birras y Divagaciones

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Mes: febrero 2024

Carta Abierta en Apoyo a los Sacerdotes de la «Sacristía de la Vendée»

Queridos Padres,

esperamos que esta carta les llegue, al menos, con algo de la paz que siempre transmiten en cada una de sus enseñanzas.

Manoseados por el porno

el pozo de insatisfacción al que un joven se adentra en sus primeros años es más profundo, en tanto en cuanto, además, apenas nada a su alrededor le habla de afectividad, amor, y relaciones humanas plenas.

Matonerías

Los chulos del Estado han dejado de guardar las formas. Ya no disimulan. Es tal la certeza que tienen de su impunidad que no se molestan en enmascarar sus acciones ni lo que persiguen con ellas. Lo ha dicho el ministro que llegó al Gobierno con el cargo en el apellido, Óscar Puente: que para qué quiere nadie juzgar a quienes él y los demás cortijeros del Estado tendrían intención de indultar, si es que hay magistrados con arrestos para condenar. Luego vino el adorno: que los juzgados no andan sobrados de recursos. La falta de capacidades de los tribunales como designio cósmico, nueva Ley de la Termodinámica.

Los jueces y magistrados de toda España reciben diáfano el mensaje: «No vayas a perder el tiempo juzgándonos a nosotros y a nuestros amigos porque somos nosotros los que gobernamos tu carrera, los que te damos y quitamos recursos y los que deshacemos tus sentencias a placer». El poder Judicial no existe en el 78. No hay jueces en España. Son los mandados de los chulos del Estado. El español que denuncia la tiranía se da con la porra del policía que le pide su apoyo para la equiparación salarial mientras lo apalea. Ese mismo ciudadano apaleado busca en la Justicia protección para sus libertades, para sus derechos y para la integridad de la Nación de la que emanan ambos y lo único que encuentra son togas avasalladas a sus amos, los chulos del 78. ¿Sabe usted de algún juez que haya practicado una sola diligencia para investigar las violaciones a la Constitución realizadas por los poderes del Estado y todas las CCAA, según ha acreditado el Tribunal Constitucional? Yo tampoco.

Esto no significa que no haya reglas. Las hay. Hasta los piratas tenían sus leyes. Las podemos encontrar en la historia de la piratería del inglés Daniel Defoe. Si un pueblo es, como dejó dicho Cicerón, «una multitud asociada por un mismo Derecho», entonces hubo una Nación Pirata.

El 78 tiene sus leyes internas. Pero son distintas a las que publica el BOE. Esas son para nosotros, la plebe. Los macarras del Estado tienen otras, las matonerías del 78. Son cambiadizas en función de cómo evolucionan los acontecimientos. Lo que sí permanece es su espíritu: tiene fuerza de Ley lo que place a los chulos del 78. Alguien se encuentra a Oriol Junqueras y le espeta que debería estar en la cárcel. «Llévame tú», le contesta el golpista.

Todos estos bribones no tienen más interés que el suyo particular a través de los recursos públicos. El Estado de hecho del 78 ha transformado España de potencia en mayordomo. El ordenamiento que rige, por ejemplo, en las costas de Cádiz es la Ley del Narco. Las capacidades de sostenimiento del imperio de la Ley en este territorio han sido desmanteladas. ¿A quién interesa esto al otro lado del Estrecho?

Un poner. Mientras el puerto de Algeciras redujo el tráfico de contenedores un 0,7% en 2023, su competencia directa de Tánger lo incrementó en más de un 13%. En términos absolutos, las cifras son devastadoras. Algeciras movió 4,7 millones de contenedores el año pasado mientras Tánger procesaba 8,6 millones de contenedores. Y luego lo de Gibraltar.

Hoy hablaremos de las votaciones regionales y del próximo cacique gallego. Muy entretenido. Pero, ¿para quién trabajan estos matones que son el Gobierno de España?

El último Estadista

«Están tratando de intimidar a su propia población con una amenaza rusa imaginaria». Con estas palabras ha descrito el presidente de Rusia, Vladimir Putin, cómo los gobiernos occidentales aterrorizan a sus gobernados con una guerra nuclear que sólo tendrá lugar si la provocan esos mismos gobiernos occidentales. Lo ha dicho en la entrevista que le ha realizado Tucker Carlson. Ha sido un combate singular: el último periodista de los EEUU frente al último estadista europeo.

El señor Carlson no está acostumbrado a lidiar con alguien así. En unas declaraciones posteriores dijo que se había quedado con la impresión de que el ruso «no es bueno explicándose» y que invirtió demasiado tiempo en ello «en un mundo en el que eso no es necesario». Los estadistas escasean en este siglo ayuno de glorias y sobrado de decadencia. Tras mister Trump, ser Putin es el segundo al que se enfrenta. Hay entre ambos, sin embargo, una diferencia crucial y otras secundarias con las que podemos ilustrar la entrevista que todo periodista vocacional soñaría con hacer. La distinción esencial es la del estado del Estado. Una república nacida en 1776 –hace apenas 250 años– no tiene detrás más de mil años de razones acumuladas que influyen en cada decisión presente. En el resto de Europa sí se dan esas circunstancias, pero no hay ningún otro estadista que lo aplique y actúe en consecuencia.

Si el desarrollo de las potencias son partidas de ajedrez, toda la Cristiandad ha pasado ya del medio centenar de jugadas, mientras que los EEUU están aún en la número quince. Rusia, además, juega con un Gran Maestro. Mientras, en Occidente sólo hay niños que apenas aciertan con el movimiento de cada pieza y que lo ignoran todo acerca de las leyes que gobiernan el ajedrez del mundo.

El señor Putin viajó del siglo IX  al XXI durante 40 minutos para explicar la naturaleza de la amenaza que se cernía sobre Rusia para que invadiera Ucrania.

Las curvas del camino

Sabe sus razones. Conoce cada curva del camino de mil años que ha conducido hasta el presente: la «presión» occidental mediante la expansión de la OTAN, el apoyo a los separatistas del Cáucaso, el sistema de defensa antimisiles unilateral y los reiterados engaños de los que acusa a Occidente. Es el dominio del estadista: sabe de dónde viene, a dónde quiere llegar y por qué. Conoce el teatro global y las implicaciones de los acontecimientos. No balbucea argumentarios. Discurre y razona.

Tras la acusación informal a la CIA de haber volado tres de los cuatro tubos Nord-Stream, el entrevistador no ve por qué no presenta pruebas para ganar una «victoria propagandística». Esto trascendería a la propaganda. El ataque a infraestructuras críticas es un casus belli. Probar públicamente la responsabilidad de los EEUU en ello obligaría a Rusia a declararle la guerra a los EEUU, que es justo lo que trata de evitar y lo que parece querer la Casa Blanca. «¿Necesitan los EEUU una guerra con Rusia? ¿Para qué?». Tras esto, advirtió de que Rusia está dispuesta «a luchar por sus intereses hasta el final» como lo estuvo a firmar con Ucrania la paz que deshizo Boris Johnson.

Decirle a los demás cómo ordenarse es muy anglo. Allá cada potencia con su forma de Gobierno. Sólo la española incumbe a los españoles. El señor Putin dio una lección de geopolítica, de sustitución de la fuerza por el comercio como hace China y trata de hacer Rusia, pese a la «presión» en contra. Lecciones para la Iberoesfera y para España cuando ponga fin a su eterno conflicto interno de amigos externos: comercio, comercio, comercio.

Asesinatos y frivolidad

El decoro es el ordenamiento de lo que no exige la Ley. El luto no es una obligación legal. Pero sí moral. Hay algo que no está bien cuando el presidente del Gobierno se disfraza de actor y se va a una fiesta después del asesinato de tres guardias civiles. Hay jefes buenos y malos. Y luego están los que desconocen la naturaleza de su responsabilidad. De estos últimos son los que sonríen entre aplausos y canapés inmediatamente después de que le hayan asesinado a tres empleados. Las condolencias son baratas. Con unas palabras en una red social dan por salvado el expediente. Y a la fiesta. Champán y croquetas. No hay asesinato de servidor público capaz de aguarle la diversión al señor Sánchez.

También en la sociedad española hay algo que no está bien. Si el presidente del Gobierno se va de fiesta con los cuerpos aún calientes de tres guardias civiles asesinados es porque sabe que hacerlo no le va a pasar factura. El 78 lo ha podrido todo. En las costas de Cádiz manda el narco. Han matado a tres guardias por dos razones. Porque pueden hacerlo y porque no temen las consecuencias de hacerlo.

«Eres un icono, presi, te queremos, ¡uuh!», es la reacción de una periodista de RTVE ante estos acontecimientos. Llamar «icono» al jefe del Gobierno es introducirlo en el ámbito religioso y elevarlo sobre el resto de los mortales. Ya veremos cómo desarrolla la cuestión esta incisiva prensa que nos hemos dado. Si el señor Sánchez es un icono, está por aclarar si su relación con Dios es de semejanza o de consustancialidad. Habrá que convoncar un concilio de la secta setentayochista para debatirlo. ¿Es el señor Sánchez un icono porque todos los presidentes del Gobierno lo son? ¿O estamos ante una cualidad que es exclusiva de su augusta persona y que acaba de ser revelada?

El trato frívolo que ha recibido este triple asesinato es insoportable. Las circunstancias en las que se ha producido señalan el estado en el que se encuentran las instituciones y el de la sociedad española. Hay aquí un regusto a un sabor conocido. Al 78 no le importa el hoyo, sólo su bollo. Y decimos el suyo porque tampoco le preocupa el de sus hijos ni el de sus nietos. En cumplimiento de órdenes que llegan del exterior, los sucesivos ejecutivos de las últimas décadas han procedido al desmantelamiento del sector primario español. Sin agricultura, sin ganadería y sin pesca, ¿de qué creen los españoles que se van a alimentar mañana sus hijos y sus nietos? ¿De lo que le compremos a Marruecos? ¿Y si el sultán decide que no nos vende alimentos y nos sitia por hambre? ¿Hay algo más esencial para una Nación que la capacidad de alimentarse a sí misma?

El campo se ha levantado y el Gobierno de socialistas y comunistas combate a sus trabajadores. Para esto sí están muy bien dotadas la Guardia Civil y la Policía. Los transportistas se unen a los labradores. Temerosos de que las protestas lleguen a constituir una amenaza para su estabilidad, los eunucos de la Moncloa han enviado a su nómina de desmovilizadores para neutralizar la justa ira de la Nación traicionada por todo el 78, que la ataca desde todos los frentes. Para que España viva, el 78 debe morir.

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