Birras y Divagaciones

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Valle de los Caídos

Sangre a las hienas

No sé si habéis tenido alguna vez la experiencia de estar disfrutando tranquilamente de una puesta de sol o de una tarde de playa tomando algo con una persona querida. Calma, belleza por todos lados, silencio. Pura contemplación de la belleza. Y en medio de dicho locus amoenus aparecen infaliblemente las alimañas: gaviotas, cuervos, perrillos o lo que sean. La tentación es siempre la misma: les doy algo de comer, y así nos dejan en paz. Craso error. De primero de salir al campo. Nunca, jamás, en ninguna circunstancia. Las alimañas siempre vuelven. Las alimañas nunca quedan satisfechas.

Con bastante pena, leo en la prensa que las autoridades eclesiasticas han caído en el viejo truco de las alimañas. Primero les dieron dos difuntos, ahora le toca el turno a uno vivo. Ánimo con el posterior control de plagas. Porque las hienas nunca quedan satisfechas. La sangre llama a la sangre, y la de los inocentes clama al Cielo.

Me alegro por la Comunidad Benedictina de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. Digo que me alegro porque, gracias a Dios, su nuevo prior -el padre Alfredo Maroto- es un benedictino intachable y de profunda vida interior. También porque lo mismo se puede decir del padre Cantera, y de todos los demás hermanos que forman ese trocito de cielo que es la Abadía.

La vida tiene destellos curiosos a veces. Casualmente pensando en esta Comunidad me venía a la mente aquellos de proverbios 18:19. La versión más famosa es la versión de s. Jerónimo “Frater qui adjuvatur a fratre quasi civitas firma et judicia quasi vectes urbium” (los hermanos que se ayudan son como una plaza fuerte y las sentencias como las cancelas de una ciudadela”). Y aquí viene lo bonito del asunto. La traducción de la Nova Vulgata y la mayoría de traducciones modernas enmiendan la plana al bueno de Jerónimo y la frase ha quedado así “Frater, qui offenditur, durior est civitate firma, et lites quasi vectes urbium”: el hermano ofendido es más duro que una plaza fuerte y los litigios contra él como las cancelas de una ciudadela. Dios sabe más y Él sabrá qué nos dice el Espíritu en estas dos versiones. A mí, ambas me parecen profundamente adecuadas para lo ocasión.

Estoy convencido de que, a pesar de parecer humanamente imposible, la injusticia amuralla más ese bastión de Paz que es el Valle de los Caídos. Pero quien a hierro mata, a hierro muere. Mucho me temo que los mismos que han alimentado hoy a las hienas, mañana llorarán cuando vayan a por ellos. Porque, y para ir cerrando me repito, si algo sabemos es que la sed de sangre de las alimañas nunca se sacia. Mejor evitarlas. Mejor cerrar las murallas.

 

Mi carta personal al Santo Padre

En los últimos días, he estado animando a varias personas a que escriban a Su Santidad el Papa Francisco para pedirle que defienda la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos y a la comunidad benedictina que allí reside. Creo que es importante alzar la voz de manera respetuosa y sincera, siempre con la intención de buscar el bien común y la reconciliación.

A continuación, comparto el texto de mi carta personal por si a alguno le sirve de inspiración para escribir la suya. Recuerda que lo más importante es que cada carta sea personal, que refleje las propias palabras y sentimientos de cada uno. Lo que defendemos es algo noble y lo debemos hacer siempre con educación, buscando la paz y el bien.

Podéis enviar vuestras cartas por correo ordinario (vale 2-3 euros) a esta dirección:

Sua Santità Francesco

Secretaria de Estado Palazzo Apostólico Vaticano
00120 Città del Vaticano


A Su Santidad el Papa Francisco
Ciudad del Vaticano

Santidad,

Con todo respeto y profunda devoción, me permito dirigirme a usted, Pastor y Padre, para hacerle llegar una súplica en defensa de la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, así como de la comunidad benedictina que allí reside. Esta Basílica, aunque erigida tras un conflicto sangriento, nació con el firme propósito de unir a todos los hermanos en Cristo bajo la sombra de la Cruz. Ha sido siempre un lugar de oración y de memoria, donde se nos recuerda los terribles frutos del pecado y, a su vez, cómo en la Cruz cabemos todos, sin importar nuestro origen o historia.

Uno de los males que ha afligido a España a lo largo de su historia es el cainismo, los ataques entre hermanos. Sin embargo, el Valle de los Caídos fue concebido como un símbolo de reconciliación, un lugar donde los fieles de todos los bandos y contextos pudieran unirse en oración y reflexión, superando las divisiones que nuestra guerra civil creó. Allí, los monjes benedictinos, imitando a su santo fundador, San Benito, revitalizan ese espacio con su oración sincera, ofreciendo un testimonio de piedad, apertura a todos y llamada a la pobreza y al perdón.

El recinto ha sido también un lugar de formación con la presencia de una escuela y, en el pasado, un Centro de Estudios Sociales que promovía un pensamiento económico y político fundamentado en la Doctrina Social de la Iglesia. Este es otro testimonio del compromiso del Valle de los Caídos con el servicio y la promoción de la dignidad de todas las personas, especialmente de los más necesitados.

Es lamentable que, tras décadas de avances hacia la reconciliación, siendo esta prácticamente total durante los años 1990 y 2000, hoy se reabran las heridas de la guerra civil, volviendo a dividir a la sociedad en bandos de buenos y malos, generando la misma crispación y odios que nos llevaron a enfrentarnos entre hermanos. Y es más doloroso aún que estos ataques no se limiten al ámbito político, sino que también alcancen a la Iglesia misma.

Por respeto a los muertos de ambos bandos, muchos de los cuales han sido beatificados o canonizados, por la defensa de los monjes que con su vida y oración ofrecen un testimonio de reconciliación, y por todos aquellos que deseamos mirar al futuro en un espíritu de perdón y encuentro bajo la sombra de la Cruz, humildemente solicito a Su Santidad que defienda la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos y a la comunidad benedictina que allí reside.

Que el Señor, a través de la intercesión de la Virgen María, le conceda a Su Santidad sabiduría y fortaleza en su ministerio. Le pido que me tenga presente en sus oraciones, como yo lo tengo a Su Santidad en las mías.

Con filial devoción y afecto en Cristo,

Jürgen Ignoto

III Capea Popular Terra Ignota

Posiblemente ya hayas visto que el sábado 13 de septiembre tendrá lugar la III Capea Popular Ignota.

Desde Terra Ignota pondremos cervezas y bebidas variadas, 2 macropaellas, algo de aperitivos y copa para todos.

Cada participante, familia o grupo puede traer cosas para compartir con todos: viandas de la propia tierra, aperitivos, comida para la barbacoa (habrá fuegos a disposición de todos), pan para un regimiento, postres o lo que permita la imaginación, las posibilidades y la situación.

Nos vemos pronto,
Los Ignotos

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